#WomenIRL

#MALASMADRES. SER MADRE Y EMPRENDER

22 Abril 2016

Laura Baena, la fundadora del Club Malas Madres (para mamás muy IRL…) llega a nuestro Blog Kiss para compartir con nosotros sus vicisitudes como madre.

No te pierdas su columna con la que no pararás de reír leyendo las anécdotas de una madre en apuros que, como buena digital woman, intenta (no siempre con éxito) compaginar sus distintas facetas como mujer:

En mi caso no me hice emprendedora, nací emprendiendo ya por la vida, con mucho carácter y revelándome con el mundo nada más nacer y si no que le pregunten a mi “malamadre”. Desde pequeña siempre estaba inventando historias, con las consecuencias que ello lleva en forma de moratones y castigos varios, organizando saraos y volviendo loca a mis padres y a mi santa hermana.

Mucho que ver tendrá que mi padre es emprendedor (autónomo de toda la vida) desde siempre y que lo llevo en los genes. Ver cómo se ha buscado la vida, cómo ha ido adaptándose al cambio, pero siendo dueño de su tiempo siempre me apasionó. Y con la idea de que algún día tendría mi propia agencia de publicidad o estudio de diseño fui caminando por este mundo profesional de obstáculos y aprendizaje. Pero tuvo que ser la maternidad, y sentirme malamadre por no llegar a todo, lo que me empujara, por fin, a emprender.

8 cosas que te enseña el emprender:

Cuando emprendes, buscas tu camino, eres autónoma o una mujer orquesta de la vida moderna tienes que:

• Soñar muy alto, pensando en grande, sintiendo que puedes conseguirlo. Sólo así será posible y se hará real.

• Tienes que ser tú misma, no llevar el disfraz de otro o compararte con los demás.

• Estar preparada para recibir críticas. Asumirlas y analizar su por qué para convertirlas en una fortaleza y no una debilidad.

• Organizarte aún mejor, para separar tu dos mundos: familia y trabajo y que no se peleen entre ellos y poder dedicarle el tiempo que se merecen cada uno.

• Decir que no. ¡Cuánto cuesta y qué bien sienta cuando por fin lo consigues! Haz solo aquello que responde a tus valores, que tiene sentido con tu proyecto y que suma, no resta.

• Delegar en gente en la que confías, colaboradores que hacen más grande el proyecto y que te hacen entender que tú no eres imprescindible.

• Disfrutar con lo que haces cada día, sin perder la ilusión ni la pasión.

• Asumir que no llegas a todo, parar, alejarte del proyecto y verlo desde otra perspectiva para continuar firme y con energía. Ya sabes, ¡no somos superwoman!

8 cosas que te roba el emprender:

Y para conseguir lo anterior, sin morir en el intento, tienes que estar dispuesta a asumir que:

• No tienes un horario fijo, pero sí flexibilidad. ¡Bendita conciliación!

• Tienes que estirar el tiempo y sacar horas y minutos hasta de debajo de las piedras. Cuando la buenahija2 duerme sus mini siestas, cuando la buenahija1 juega en el parque con el buenpadre, cuando por fin llega la noche y con ella el silencio… En ese momento comienza el turno de noche.

• La desconexión es difícil porque la línea que divide tu vida y tu trabajo es muy fina, demasiado a veces. Pero si realmente te apasiona y lo vives como parte de ti no lo sentirás como una amenaza.

• No tienes jefe/a. Esto da subidón de adrenalina, no lo vamos a negar, pero a la vez es una responsabilidad muy grande. ¿Con quién vas a compartir los miedos, las dudas y los triunfos? Rodéate de quién confía en ti y en tu proyecto y tendrás los mejores compañeros de viaje.

• La nómina. La emoción será una constante en tu vida. Di adiós a la tranquilidad económica, pero te acostumbrarás a planificarte y a que unos meses se den mejor y otros peor.

• El sueño. Quizás duermas menos, pero el sueño será más profundo, con la tranquilidad de hacer y luchar cada día por lo que te gusta. Además en esto la maternidad es un valor porque ya estamos preparadas a ello.

• La intimidad. Porque seamos realistas, los clientes te molestarán hasta cuando estás en la ducha, cuando estás intentando que la buenahija se coma el brocoli o cuando estás en la puerta del colegio, saludando a las buenasmadres. Pero ahí pones los límites tú. Hazlo pronto, antes de que sea demasiado tarde y se presenten en casa un día cualquiera con una caja de bombones.

• Y el último y más importante, recuerda:    

¡Nunca dejes de soñar! 

Y a ti, ¿qué te ha dado o qué te ha robado emprender? Espero vuestros comentarios.