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¿PERROS O GATOS? ¿QUÉ PREFIERES?

23 Marzo 2017

Un día cualquiera. El perro te contagia con su alegría mientras que el gato te envuelve con su suavidad. La gran (y profunda) pregunta es: “¿Eres más de perros o de gatos?”

A primera vista, todo es diferente. Cuando apareces, el perro salta sobre ti y te saluda con entusiasmo; el gato se frota con ternura para celebrar tu llegada. Mientra uno mueve enérgicamente la cola, el otro la ondula con sensualidad. Uno ladra felizmente, el otro maulla suavemente. Uno te mira con ojos tiernos, el otro tiene una mirada cautivadora. Quien tiene un perro le teme a los vasos volcados, quien tiene un gato le teme a los tejidos rasgados.

El perro es un inquilino que vive felizmente en tu casa. Confunde su cuenco con tu plato, tus Louboutin con su pelota de tenis, un momento de descanso y desea jugar. El gato es el dueño arrogante de tu apartamento. Confunde tu cabeza con un cojín, tu camisón como su lima de uñas, un momento de estrés y está dispuesto a acurrucarse en tus brazos.

Tu elección influye en tu día a día. Tu perro te lleva a cruzarte con otros (sí, a veces a las 6 de la mañana) y eso implica cruzarte con tu apuesto vecino, que lo hace a la misma hora con el suyo -como por accidente- y adora a tu perro. Tu gato se queda en casa y mantiene una armonía perfecta para todo aquel que intente perturbar tu paz interior. Pero una vez fuera, los pelos que quedan en tu ropa y delatan su presencia.

¿El perro y el  gato no están de acuerdo? ¿La lealtad canina se opone a la independencia felina o son infinitamente complementarios? Sea cual sea el equipo al que te hayas unido, tenemos mucho que decir acerca de nuestros compañeros que finalmente, tienen mucho en común…

Después de todo, cuando perro y gato se unen, ¡el tiempo se detiene, el amor resplandece y la felicidad nace!