#WomenIRL
#MALASMADRES: CÓMO MANTENERSE EN FORMA
24 Febrero 2016
Laura Baena, la fundadora del Club Malas Madres (para mamás muy IRL…) llega a nuestro Blog Kiss para compartir con nosotros sus vicisitudes como madre.
No te pierdas su columna con la que no pararás de reír leyendo las anécdotas de una madre en apuros que, como buena digital woman, intenta (no siempre con éxito) compaginar sus distintas facetas como mujer:
“Deberías apuntarte al gimnasio”
Decidme que no soy la única que escucha esta frase cada día de boca de la buenaabuela, del buenpadre, de la buenatía, de la vecina del quinto… Voy andando por la calle y escucho en eco: “Deberíassssss irrrr al gimnasiooooo”. Esta frase siempre va seguida de:
“Pero querida, no te ofusques, lo digo por tu bien, te vendría genial para desconectar, sentirte mejor, ponerte en forma, relajarte…”
“¿Qué pasa? Estoy más gorda, ¿no? Es eso y no sabías cómo decírmelo, ¿no?”
Yo sinceramente no lo entiendo. No me entra en la cabeza cómo pueden proponerme algo así. Es hasta un insulto decirle eso a una malamadre que no tiene tiempo ni de depilarse, que no tiene tiempo ni de quitarse las canas o de comer sano. ¿Es acaso más importante ir al gimnasio? Si voy al gimnasio todo lo demás da igual, ¿no? Al principio me mosqueaba. “¿Acaso crees que es tan fácil? ¿De veras lo piensas?” Y seguía con el tan usado: “no tengo tiempooooooo”.
Ya no, he madurado. Después de analizar mis reacciones de loca, he llegado a las siguientes conclusiones:
-
En estos momentos de mi agotadora vida, “el gimnasio” está en la prioridad 15 por debajo de twittear en el baño a escondidas o leerme una página del libro que con suerte terminaré en dos años.
-
Imaginemos por un momento que me dejo convencer y acabo apuntándome al gimnasio. Esto supondría al menos una hora y media de mi preciado tiempo: llegar, hacer algo por la patria, ducharme y salir. ¿Somos conscientes del estrés que eso conllevaría en mi agotadora vida? ¿Queréis de verdad que me vuelva más loca?
-
El gimnasio no es la solución. No, no, no… No puedo apuntarme hasta que realmente no me proponga un cambio de hábitos: comer mejor, encontrar mi paz interior y echarme cremas. Esto último es muy importante. Cuando no era madre juré y perjuré que NUNCA dejaría de echarme cremas.
-
Además de todo esto, es que psicológicamente no estoy preparada para ir al gimnasio. Instagram ha hecho mucho daño. Y después de 4 años de vida sedentaria, me visualizo en el gimnasio rodeada de “tipasos” y eso pues tampoco sería bueno para mi dañada salud mental.
-
Y aquí viene la conclusión más importante. Pese a mis carnes flácidas, me he metido en los vaqueros de antes del embarazo. ¿Cómo? ¿De verás las malasmadres no hacemos ejercicios? A ver visualicemos cómo ha sido mi mañana hoy:
5:00 a.m. gritos incesantes de la buenahija1 en mitad de la noche, que despiertan a buenahija2. Me lanzo al pasillo en un spring, cojo a pulso a la buenahija1, luego a la buenahija2 y hacemos parada técnica en la cocina. Biberón para una, agua para otra. Y las tres a una cama de 90.
7:30 a.m. Suena el despertador. Y empieza la locura, mientras el buenpadre dice adiós desde la puerta. Él sí que sabe. Un día lo perseguiré para corroborar que a esa hora la oficina está abierta y no se queda en el garaje a echar una cabezadita.
8:30 a.m. con suerte estamos en ruta. Buenahija2 colocada. Buenahija1 al colegio. De camino al colegio SIEMPRE me pone cara de perro pachón y acabo cediendo y la llevo en brazos un trecho a ella, al portátil, al bolsaco y a la bolsa de la merienda. Ella me da besos mientras soy una malamadre sherpa cualquiera y eso siempre ayuda.
9:00 a.m. Niña en el colegio. Malamadre que suspira y se va andando a coger el metro.
9:30 a.m. Llego a destino.
Commentaires
MAngeles, 19 Mars 2016
¡Cómo te entiendo! Cuando mi buenhijo2 era bebé, me llevaba alguna tarde a casa a alguna buenaamiga para poder ducharme y lavarme el pelo tranquila. Lo de meter el gimnasio en la agenda del día nunca lo conseguí…